Coquimbo unido, jamás vencido (o cómo resolver la última milla y el acceso al puerto).

Autor: Gonzalo Undurraga.

Imagen portada: Escaleras ZIG ZAG, Coquimbo centro años 60. Fuente: memoriachilena.cl

Nuestro país se caracteriza por un modelo de planificación sectorial, donde deben convivir planes, instrumentos y programas de distintas carteras, que en muchos casos se vuelven ingobernables. A eso hay que agregarle (o quizás anteponer) las recurrentes catástrofes naturales, la pérdida de confianza en la institucionalidad y normativa, falta de fiscalización y un largo etcétera.

Lo anterior genera casos críticos y nudos ciegos que en parte incitan al debate sobre “permisología”, activados por la superposición de atribuciones entre gobiernos locales, regionales, ministerios y por cierto, gremios o comunidades locales cuyas necesidades no atendidas suponen una suerte de herejía ciudadana, en que la auto gestión es una respuesta a esa zona gris.

Unos de estos casos es el de Coquimbo. Ciudad – puerto y enclave estratégico a nivel país si uno lo mira desde la perspectiva del potencial corredor bi oceánico (con importantes yacimientos de cobre aún no explotados en la Provincia de San Juan, Argentina). Wishful thinking para la autoridad portuaria.

Corredor Bioceánico Central (CBC) Coquimbo – Porto Alegre. Fuente: GORE Coquimbo (2014).

La Empresa Puerto Coquimbo (EPC), operada actualmente por Terminal Puerto Coquimbo (TPC) del grupo Ultramar, ha anexado a inicios de 2025 a su infraestructura un muelle multipropósito de 740m para embarcaciones de hasta 300m de eslora de tipo porta contenedores. Si bien la principal operación es la exportación de fruta, la nueva capacidad de transferencia de carga contenerizada y el potencial de salida futura de material minero imponen un gran desafío – como en toda ciudad puerto – al entorno urbano.

Infografía accesibilidad transporte de carga Puerto Coquimbo. Fuente EPC.

Y aquí es donde surgen los problemas de interferencia, entre desastres naturales, superposición de atribuciones y el wishful thinking.

El acceso a Puerto Coquimbo que antaño operaba por vía ferroviaria hoy se produce en camiones que deben atravesar no solo la zona centro de la ciudad sino que recorriendo longitudinalmente su borde costero. La configuración de la bahía, el crecimiento de la trama urbana y factores de origen de la relación puerto-ciudad, han generado esta condición de borde. La ciudad ha reclamado su acceso al mar, con los pescadores como históricos reclamantes, cuyo bastión de lucha es la economía local, la cultura, la tradición, el turismo y últimamente el medio ambiente. La administración local ha respondido ante esta demanda y podríamos decir que Coquimbo con el tiempo fue recuperando el acceso al mar.

El mejor ejemplo de voluntad política y reivindicación de la relación de la ciudad con el mar – como acto fallido lamentablemente – es el proyecto Mercado del Mar. Un edificio de más de 4.000m2 diseñado para reordenar la actividad, que debido al quiebre de la empresa constructora a cargo, terminó en el peor de los estados: el abandono de la obra gruesa el 2017.

Siendo un proyecto de la municipalidad financiado por el GORE, el alcalde que heredó el abandonado recinto, Alí Manouchehri, ha debido lidiar no solo con el problema de redoblar esfuerzos para reiniciar la obra, sino con la presión de relocalizar a un número de usuarios que aumentó considerablemente desde que se realizaron los estudios que dieron pie al programa del edificio. Y ese mercado informal, es el que hoy ocupa la antigua franja de acceso ferroviario al puerto.

Situación actual Mercado del Mar, Coquimbo. Fotografía: diariolaregion.cl

Así, a medida que crezca el volumen de transferencia de carga, crecerá el impacto al entorno por el flujo de camiones. Esto ya ocurre y llega a niveles críticos cuando sube la temporada turística. Buena parte de los atascos que afectan a la Ruta 5, que atraviesa la conurbación La Serena – Coquimbo, se producen en la última milla de acceso al puerto, cuando coinciden periodos de alta demanda portuaria y turística.

La solución es a largo plazo, pues implica habilitar un corredor bimodal (camiones y tren) eficiente y amable con la ciudad. Y para eso se debe viabilizar la desocupación de la faja, lo que no ocurrirá mientras – entre otras variables – el Mercado del Mar se haya habilitado definitivamente. Desde hace un lustro que se conoce de un proyecto para resolver el problema, liderado por EPC. El proyecto contempla una serie de equipamientos, incluido un espacio para la práctica de actividades náuticas, como el nado y el water polo.

Imagen referencial proyecto de borde costero EPC. Fuente: Diario El Día (2022).

EPC debe agenciar acuerdos con el municipio, pero por otra parte debe ajustarse a los plazos y requerimientos de otra entidad: la Dirección de Obras Portuarias del MOP, ya que el financiamiento depende en gran medida de las obras costeras, cuyos diseños deben ser evacuados desde esta repartición. El Consejo Ciudad Puerto es la instancia de monitoreo, pero como siempre, dependerá de la voluntad de quienes están a la cabeza de las instituciones. La última milla requiere el destrabe de un nudo a nivel espacial, pero sobre todo a nivel político y administrativo.

Cronograma reserva y protección Faja Vía de Acceso a Puerto Coquimbo. Fuente: Plan Nacional Accesibilidad Terrestre a Puertos (PNATP- 2023).

Coquimbo, como todas las ciudades chilenas, tiene grandes desafíos y tremendas oportunidades. Este año se licita la construcción de una planta desoladora para la región, que se instalará en su área urbana. También se esperan avances con el by pass La Serena – Coquimbo, que descomprima ambas comunas incorporando suelo para el desarrollo urbano, mientras se inauguran importantes recintos hospitalarios de categoría regional, mejorando la calidad de vida. El alcalde Manoucherhi por su parte gestiona recursos y avanza hacia la Rentabilidad Social para la recuperación del Mercado del Mar. EPC crece generando expectativas para quienes esperan que el Paso Internacional Agua Negra algún día se transforme en un Corredor Bioceánico Central, activando un mercado insospechado desde una futura gran minería argentina.

Nuevamente, para velar por la sinergia de todos estos proyectos, planes e ideas, se debe agenciar un modelo de trabajo público privado robusto. La Estrategia Regional de Desarrollo, el Plan Regional de Ordenamiento Territorial, una integración de los PLADECO de La Serena y de Coquimbo y todo el instrumental disponible podrá delinear las acciones, pero lo más importante es generar las condiciones para institucionalizar el trabajo mancomunado de todos los actores, algo que depende de liderazgos y equipos políticos y técnicos sólidos, en la arena local.

Infraestructura borde costero Coquimbo. Fotografía: Gonzalo Undurraga.

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